Así es, vivimos en un tiempo cambiante, el cual ha sido malo por la paradoja de no ser malo, pero por suerte todo llega, y llovió, tarde pero lo hice, y los montes de nuevo se volvieron vestir de verde, con el fresco olor de la naturaleza, ese que le corresponde por pleno derecho, y si, volvimos a respirar aliviados.
Con los días llegó el frio, también lo hizo la nieve, y con todas las estaciones en su sitio volvimos a disfrutar, del frio y del barro.
Los entrenamientos eran calientes, las sensaciones inmejorables, y es que uno se pone a ver como se siente, ver los ritmos y lo que disfruta que se le escapa una sonrisa de sueños complicidad y felicidad.
Hacia años que la cosa no iba tan bien por no decir nunca antes fue también, pero como es pronto para hacer sonar esas campanas, nos volvemos a la cama para seguir soñando tranquilos, eso si, que no me quiten ni el frio, ni el barro.