Todos los días son el mismo, todos una rutina que se propone sorprendente, cada detalle cada momento, parece el escenario de la coincidencia, eso es la vida del ultrafondista imagino, hoy como todos los días a las 06:19 suena una de las tres alarmas que tengo programadas en el móvil, hoy como siempre me pongo mis calcetines injinji a oscuras, tratando torpemente encajar los dedos sin perder demasiado tiempo, hoy como siempre me dirijo a la estación de tren fichando siempre a y 40 minutos, siempre llego a la estación de destino, guardo el móvil en un lateral de la mochila y me pongo a correr, siempre me encuentro al pescadero descargando el camión y colocando la mercancía en la misma posición, siempre me encuentro a ese pequeño hombre asiático corriendo hacia mi en la misma curva con una radio en mano escuchando música extraña, con la misma ropa con el mismo día, justo al cruzarme con el mi cuerpo tienen el suficiente calor como para que me pare día tras día en la misma rotonda, me quite el chubasquero, beba un trago de agua y siga corriendo por la carretera observando la misma lata de red bull en la cuneta, día tras día y parece que el tiempo no avanza, parece que estoy estancado, pero no por que todo cambia, todo dentro de mi de mi mente es diferente y cada día me lo tomo como un nuevo reto, como una nueva oportunidad.
Hoy nuevamente me han salido 29 kilómetros, los mismo que me vienen saliendo día tras día en todo este mes, y aunque todos los días sea lo mismo, todos los días es diferente y especial.
