El caso es que al estomago no me había vuelto a atacar, así que con un poco de incertidumbre tomamos la salida, la montaña de Yeste me encanta, es técnica, es exigente, divertida, atractiva y en ese tipo de montaña corro muy cómodo, así que adecuo mi ritmo con la intención de llegar bien, no quiero dolores, no quiero sustos, voy relajado haciendo kilómetros y sobre todo disfrutando.
En los avituallamientos puedo comer algo; sandwich, gominolas, eso es suficiente como para ir resolviendo bien la jugada. Por momentos en los que me encuentro demasiado cómodo aprieto un poco más y es el los últimos kilómetros donde realmente disfruto, la última subida potente es la que mejor me sienta adelanto a mucha gente y me vale para guardar fuerzas para hacer la bajada sin sustos. Así pues llego a meta algo más rápido de lo que me había planteado, había calculado para los 45 km con 6000 metros de desnivel entre 6 horas 10 minutos y 6 horas y media, terminando con un crono de 5 horas 57 minutos en 29 posición, muy feliz por que todo ha salido bien, me encontré bien reservando, no se que hubiera pasado si hubiese ido fuerte pero muy posiblemente el cuerpo no lo hubiera asimilado así de bien.
Encantado con la organización, con la prueba, un recorrido que enamora y con la gente.
Contaría más cosas, pero es algo que tendréis que leer en Trailrun.