Las Salomon Ultra Pro están diseñadas para todos los que no somos profesionales y tenemos una técnica de carrera un poco más descuidada mimando nuestros pies y articulaciones con una amortiguación excepcional.
Con un peso de 292 gramos y una horma más ancha que la de la gama Slab nos ofrece una gran estabilidad y amortiguación para carreras de ultra distancia en casi todo tipo de terrenos ya sean secos o húmedos.
El Uper de la misma nos ofrece una muy buena protección, y el Sensifit con esa «tira» tan especial hace que la zapatilla se ajuste a la perfección. A diferencia de la mayoría de los modelos de Salomon el Quicklace va guardado en un bolsillo con la abertura hacía arriba lo que facilita su acceso y guardado, evitando que este se pueda soltar. Al ser una zapatilla diseñada para ultras, el ajuste del Quicklace es un poco menos agresivo, algo que quizás se pueda notar en descensos muy técnicos donde puede que se afloje un poco.
En términos de durabilidad, las Ultra Pro no defraudan. Nos ofrecen una gran cantidad de kilómetros mejorando incluso la durabilidad que venía ofreciendo la gama Slab.
Tras más de 300 kilómetros de uso tanto en carrera como en entrenamiento la valoración es más que positiva, la durabilidad en su terreno es impresionante, la eva no ha sufrido ningún tipo de modificación por el peso o los impactos y el taqueado de la suela está perfecto.
Tanto el Sensifit como el conjunto del uper recoge muy bien el pie, si que es cierto que al principio los usuarios de Salomon estamos acostumbrados (muchas veces de manera innecesaria) a apretar el «quicklace» hasta los topes cuando no es necesario y es algo que en esta zapatilla se nota muy claramente.
La conclusión es que conjuntamente con las Salomon Sense Ride 2 esta es una de las mejores zapatillas que he probado.