No obstante la cita estaba ahí, para participar cinco compañeros y testar en que punto nos encontramos, la verdad es que daba igual hacer 30 que 50 el caso es como se hacían los kilómetros, y ahí es donde todos dimos la cara o incluso algo más.
El día estaba muy feo en los alcázares, vientos que en la mitad del recorrido eran en contra y que penalizaban una barbaridad, y no es lo que frene que también, es lo que revienta. Así pues tomamos la salida, todo el equipo en posiciones de cabeza y a tirar kilómetros como locos, las idas eran penurias, las vueltas alegrías, en seguida comenzamos a doblar a gente en el circuito de 5 kilómetros, y no era el día, menos mal.
Yo fui cómodo, conservador, y equivocado, iba tirar a 50 km y en el 30 con los pies llenos de ampollas me costaba hasta caminar, un poco más me dije y conseguí llegar al cuarenta en la primera posición. Nada que ver con mis compañeros, ellos tiraron con todo y agotaron los podios en 50 kilómetros, y no hay equipo señores, hay equipazo.
Una buena fiesta en la que la organización no estuvo ni de lejos a la altura, y es una pena por que en carreras así con menos de nada lo tienes todo hecho.
Será difícil verme de nuevo en ruta, aunque no imposible.