Aquí comenzaba el reto, a las 17 horas del sábado 5 de Octubre, otra vez me volvía enfrentar a las difíciles 24 horas, y creo firmemente que aunque esta sea la décimo primera vez que las corro aun me queda mucho que calibrar para poder sacar de ellas lo mejor de mi deportivamente hablando.
Y es que 24, son muchas horas en las que tienes que aprender a administrar tu cuerpo, tu organismo, tu moral, y sobre todo tu motivación.
De motivación no había problema, estaba súper motivado, la causa en si, una impresionante temporada, y sobre todo el trabajo de Sheyla, y toda la familia, toda esa ilusión puesta en algo tan desinteresado, con eso, con esa voluntad se puede hacer cualquier cosa, y por supuesto se puede correr cualquier distancia.
En la línea de salida todo está preparado, punto de avituallamiento, un grupo de personas agradable y entrañable, de entre los que destaco a parte de a la familia, a Iván Mera, a Millariega, a Alex Novo, a Javi Alonso, a Bea David, a Don Diego Merin….. y un largo etc con el cual me encantó dar esos primeros pasos en un circuito enano, en un circuito muy duro de apenas 460 metros y con un desnivel bastante pronunciado.
Junto al avituallamiento, el stand de la Fundación Meniños, que alegría ver a Carlos de nuevo por aquí, que alegría poder saludarlo y ver que las cosas en la Fundación van funcionando como deben de funcionar.
Van pasando los kilómetros, con calma, guardando fuerzas, hemos esperado quizás demasiado para hacer el reto, y es posible que la noche sea fría, pero más vale tarde que nunca, unos se marchan, otros vienen y poco a poco se va oscureciendo.
Se comienzan a escuchar los primeros guitarrazos los conciertos de los grupos han comenzado, llevo unos 60 kilómetros ya corriendo, y alterno las carreras con subirme al escenario para agradecerles a estos fantásticos grupos el formar parte de nuestro reto, el tiempo que están tocando es muy ameno para mi, ya que puedo escucharlos por todo el circuito, y hacen sonar melodías que he escuchado toda la vida.
La noche se hace solitaria, no hay muchos voluntarios para correr conmigo de madrugada, hace frio mucho frio, tengo a Sheyla y a Silvia congeladas y envueltas en mantas, alterno alguna vuelta caminando, como mucho, y bebo mucho, me siento bien, muy bien.
Llega la mañana, con ella el matutino paseo con Jose Luis, también está Diego, no ha tardado mucho en volver, con la intención de completar una maraton, encomiable su espíritu.
No tarda mucho en comenzar a llegar gente, también lo hace Alex Novo con su espectacular simulador, un sol radiante nos acompaña y eso es mucho de agradecer. A las 12 arranca la carrera de los niños, sin duda va a ser uno de los momentos más mágicos de toda la prueba, con sus dos fabulosas categorías, menores de 6 años y mayores de 6 años, es una auténtica gozada verlos disfrutar de esa manera, pura diversión, adrenalina en la que todos por el echo de participar y hacerlo de forma solidaria se llevan diversos regalos, para agradecerles sus ya grandes valores deportivos.
Ese espacio de tiempo sin duda es de los que más disfruto, incluso participo en la carrera de hasta 6 años con Aleix, y si llegamos los últimos, pero con una gran sonrisa, ahora ya restamos kilómetros y horas, el cansancio ya es latente, este año no he corrido tan largo, y en un circuito tan duro, pero ya está hecho, solo hay que rodar un poco más.
Mientras sigo vuelta tras vuelta comienzan a llegar la gente de mi equipo Avientu, con unas impresionantes bolsas de alimentos, rodamos un poco y charlamos entre risas las casualidades que tiene la vida, una “casi paralela” entre Cousido y yo, sólo que en distintas épocas.
Mientras eso pasa “Chon” se afana en hacer una paella que quita el sentido (la mejor que he comido en mi vida), últimas dos horas, los 150 kilómetros son alcanzables, he sido reservón, pero el horario no jugaba a mi favor.
Así que a las 17 horas, tras 24 corriendo con un montón de amigos llegamos a nuestro destino, con 150 kilómetros, y un desnivel de 6100 metros, 208 kilos de alimentos, casi 500 Euros y un montón de felicidad.
Han sido multitud de empresas las que han formado de este reto, han sido multitud los voluntarios, y las personas que de una u otra forma se han involucrado.
En primer lugar quiero darle las gracias a mi mujer Sheyla por que ella ha hecho que esto sea posible, en segundo a toda mi familia política por las misma razón, a la Fundación Meniños por estar siempre al pie del cañón ayudando a los que mas lo necesitan, y a Cruz Roja por hacerlo con los más cercanos a nosotros, la labor de ambas entidades son un pilar básico y fundamental al cual siempre tenemos que apoyar, a Salomon, Suunto, Espartal sport Center, Joluvi, Alex Novo, Ayuntamiento de Coervera, Los Rockmánticos, Automatic Kafka, Starkwells, Presupuesto límite, Clínicas por tu salud, Avientu, Cocacola, Majafran, ACDIB, LNE, TPA, La voz de Avilés, MMR, Ranning, Injinji, y a todas las pequeñas y grandes empresas que sin pedir nada a cambio han formado parte de este proyecto.