Han pasado ya días, ya me he recuperado perfectamente de estas 24 horas, pero los recuerdos de esta fantástica carrera perdurarán mucho más en el tiempo. Como anteriormente he dicho, esta carrera para mi siempre es especial y motivante, creo que esa es una de las razones por las cuales siempre consigo superarme.
La semana anterior a esta prueba tengo ese pequeño nudo en el estomago, un pequeño amasijo de nervios que hacen que no esté demasiado tiempo quieto, trato de disimularlo como puedo, como siempre dudo si la preparación ha sido la adecuada, si he hecho los deberes como tenía que hacerlos, o simplemente si he descansado bien.
No tengo un as en la manga, tampoco una estrategia de carrera, simplemente juega en mi favor una buena base y la experiencia en este tipo de pruebas.
El horario no es del todo habitual lo que me provoca la pequeña incertidumbre de saber si será beneficioso para los atletas o para fomentar la afluencia de la prueba, durante toda la mañana hemos estado montando la carpa de Esportate así como las tiendas de campaña, hemos comido todos juntos como gran familia que somos y casi sin tiempo me hallo colocando el dorsal en mi cintura.
Con la explosión del volador, explota también mi ritmo cardíaco, año tras año esperando esta cita ineludible del calendario de ultras, voy sin reloj por que he decidido que quiero disfrutar de la carrera en todo momento, pero el ritmo que llevo es alegre, mis pies se engalanan con las New Balance Minimus con las que voy a intentar hacer las 24 horas, ultimamente me atrae mucho correr de la forma más natural posible, buscar nuevos retos nuevos puntos de vista, todo esto lo voy pensando a la par que voy dando zancadas a través de una espectacular milla abarrotada de gente.
Como siempre no desaprovecho la ocasión para hablar con el resto de la gente, de hacerlo con los corredores de mi equipo, con Jose Manuel, Eddie, Bordes , etc .. gente que ha estado siempre en la milla, que al igual que yo han encontrado en ella una fiesta familiar, de vez en cuando también paro junto a Sheyla no me entretengo demasiado y ella tampoco me deja pararme mucho, que gran apoyo me brinda, solo en sus ojos encuentro esa confianza que necesito para volver salir disparado corriendo con la motivación por las nubes.
Pasan las millas a muy buen ritmo ya que paso la maratón en primera posición con un tiempo de 3 horas 27 minutos, me sorprende esa velocidad, tan solo me quedo a 6 minutos del mejor registro que tengo en la mítica distancia, creo que ahora ya puedo relajarme más la noche está echándose encima de nosotros y el planteamiento es no parar de hacer kilómetros.
Durante esas primeras 26 millas no he comido nada, apenas he bebido medio litro de agua, es hora de reponer fuerzas y sales ya que una tez blanquecina cubre mi rostro, no tengo mala cara pero si mucha hambre, Guzman y Sheyla insisten en que coma, así que rindo cuentas con los pinchos morunos que han quedado del medio día, esto me devuelve un montón de energías, y ya con el cielo cubierto la estrategia para toda la noche es correr dos millas, andar otras dos.
Unos cuantos compañeros de esportate me acompañan, así es todo más sencillo, vienen, van, pero siempre ahí a cualquier hora, los que mas están son Guzman y Cristina, que tratan de hacerme la milla más amena entre interminables conversaciones, otras millas se hacen casi eternas, pero va pasando la noche sin que el sueño me afecte más de la cuenta.
Solo tengo un corredor por delante que me saca unas cuantas millas de ventaja, Bordes está con su particular odisea ya que no está bien de la espalda, Eddie tampoco se libra y tiene algún que otro problema en el estomago, vamos que todos en mayor o menor medida comenzamos a notar el paso de las horas y la dureza de una prueba de este tipo.
Muy de madrugada el primer clasificado se detiene con la intención de no volver hasta mañana, yo estoy en la segunda posición, detrás de mi está Eddie, posteriormente vienen Luis Santiago y Bordes, no suelo hacerlo pero creo que en esta carrera puedo echarme a recuperar 30 minutos, pacto con Guzman la hora a la que me debo despertar y me echo un rato.
Simplemente el hecho de parar y cerrar los ojos hacen que el cuerpo se recupere, la diferencia de descansar o no puede implicar tirar una prueba a la basura.
Sigo con la tónica dominante de dos vueltas andando y dos corriendo, con rapidez y fuerza un inmenso sol se hace hueco en la oscuridad de una noche que no nos ha castigado demasiado, siguen pasando las millas y vuelven a llenarse de vida, de niños corriendo de forma natural, peculiares como solo ellos lo son e imaginativos, dan vestido de color cada vuelta y hacer de cada una de ellas una aventura diferente, sin duda esto para ellos es también una fiesta increíble en la que todos apuran para llegar a meta y tener su medalla de recompensa, pocas carreras hacen esto por sus vecinos, por sus jovenes …
Con la llegada del mediodía llega de nuevo a la pista el que era el primer clasificado, pero con mucho trabajo durante toda la noche consigo darle la vuelta a la situación, en el momento en el que el se incorpora, le saco una ventaja de 14 millas. Viene fresco por lo que me recorta millas con facilidad, por un momento al ver su ritmo me rindo, doy la carrera por perdida, faltan tres horas de carrera y no voy a ser capaz de correr a un ritmo elevado durante todo ese tiempo, así que me relajo y me lo tomo con más calma.
Se va acercando la recta final de carrera, ya solo le faltan cuatro millas para alcanzarme, pero en ese momento clave, de tanta debilidad aparece Angel Bolaño diciéndome que si que puedo, que el me acompaña, consigue motivarme, me desbloquea los pulmones para que pueda respirar con profundidad y a partir de ahí comenzamos a marchar de manera muy ágil, damos vueltas y más vueltas hasta que consigue restarme otra milla, acelero más y pacto con Angel que si lo vuelve a conseguir me pongo a correr como un loco lo que queda de carrera, pero eso ya no es necesario cada vez el ritmo que llevamos es más fuerte.
Esa sensación de confianza que me ha dado hace que me crezca, hace que vea posible algo que no veía yo al alcance de mi mano, ya había luchado, lo había dado todo y ya me estaba conformando con una formidable segunda plaza.
Nos avisan que solo nos falta una vuelta que hay que hacer el recuento de los totales y comenzamos a correr, lo hemos conseguido, es emocionante, apasionante e increíble ver a toda la gente que te ha apoyado ver a todos animando, empujándote a la meta, eso es felicidad plena, el acabar y buscar los brazos de la persona que más quieres siendo el primero o siendo el último, esa es mi medalla más preciada.
Gracias a todos por ser como sois, por empujarme como lo hacéis , gracias por ser Esportanos y confiar en nosotros, hemos sido todos vencedores, esta vez si que lo hemos sido.
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